Pseudopodos 8
Metiéndose por la ventana, el crepúsculo vuelve tinto el blanco de una copa. La tomo con mis dedos y le doy una probada. Ya en mis labios y acaso lejos de su lugar en el cuadro, el licor termina sabiéndome a pared enladrillada o a árbol caído en llamas. De nuevo, la triste textura del agua sin el consuelo de la carne o las almejas. No pues, aunque casi. No desde hace días. Ni siquiera esta última vez. Menos esta noche que se te quiebra la cabeza. Una vez más, la página que se me desintegra en la búsqueda del átomo. Una vez más, y otro discurso que corto y corto con el hacha hasta que las capas de su cebolla se me hacen infinitas porque el hielo sobre el que patina siempre tuvo las raíces duras.
“Tampoco hay petróleo bajo las vías del tren”
Me dice la inquilina quien sigue sentada sobre sus maletas aun atontada por el largo viaje. Fuma tranquila en lo que ya es su nueva recámara. Ya le advertí sobre mi lugar favorito en la habitación. Dice que le gusta el campo, que cree que aquí hay algo parecido a la felicidad. A mi me basta con que no tenga demasiada sed. O que si la tiene, prefiera satisfacerla mirando estas copas. Ya se acostumbrará. Eso si. No le dije nada de los aparatchiks repartiendo dardos y billetes a los amados campesinos. Ni que los más aventajados ya compraron tractores ni que los otros tienen acciones en Shanghai. Esta vez, no me gastaré en explicaciones. Mejor que descubra todo por si sola. Mientras tanto, que Virgilio y sus ovejas se pudran en las revistas del corazón o en la propaganda del imperio. Total, Eneas era cojo y el Camarada Vronsky no existe.
“Déle la renta a la Delia, y aunque se lo ofrezca o se lo ruegue, no le pague con cigarrillos”
Son instrucciones simples, casi deseos de fusilado que ni los cuerpos sin sangre se negarían a complacerme. En el camino a la estación me pregunto si Anna, la inquilina, encontrará algo útil en mi ordenador. No le puse el seguro, así que talvez se espante con mi manejo de las finanzas. Quizás complete mis poemas frustrados y frecuente mis amistades en mi nombre. Esto del cambio de trenes permite demasiadas cosas. En todo caso, aquella copa ya me era inhabitable. Es tiempo de volver aquí, justo aquí, para recoger los huesos de sol que enterré bajo los rieles.
A ver Lev, tú dirás si soy más rápido que tu tren. Igual, bajo esta luna, esta noche le ladro a todo lo que se mueva. Y no me mires con esa cara de lastima que soy lo que ni tus hijos escribieron: el lobo de Pedro, el mismísimo Bulldozer de la dama sin perro.
Entonces la luz creció y sólo el sonido se detuvo en seco. Tras el último vagón, el ferrocarril le supo a tinto.
Música - Nina Simone Lilac wine
24 comentarios:
Siempre he pensado que lo maravilloso de un tren, es que puedes caminar sobre el camino recorrido... que no estás estático, apernado en un punto, comprado que te fija dejandote sentado. Lo malo es que es finito.
Saludos.
Ay señor no se que de todos los sabores que su vino solar me ofrece puedo elegir, su texto es un sueño, un poema de melacolía y belleza, de todas las transparencias de las lágrimas del sol, de todas las ausencias de la luna...
escribes muy lindo, entre la melancolia y dejando danzar la vida de los trenes es un estacion y con largos viajes recorridos, en el silencio de la vida
que estes muy bien querdio amigo y que sea una linda semana
gracias por tus saludos
besitos
besos y sueños
Estimado amigo,mil gracias por tu huella.Que pases buena semana
salu2
Exquisito relato..como el buen tinto, con texturas y calores
Como el buen viaje en tren, con paisajes de luces y sombras
como el bueno del andén, con nostalgias, esperanzas y hastíos
me encantó
un beso
Travesías en tren, las mejores...
La imagen del vino saboreado es cálida: salutes Pierrot.
Dejo constancia de mi paso por este tren. He notado los cambios en el diseño de tu página. Un saludo y sabes que siempre te visito.
Pierrot:
Muy buen relato, el que he leido.
Los trenes son un paseo al infinito, para mi.
de hecho la mayoría de mis fotografías son en trenes.
te dejo un saludo enorme desde Argentina y sigamos pedaleando el infinito.
Fini
pierrot: he andado a full.
muchas gracias por tus visitas tan luminosas.
un gran abrazo.
Shadow:
Pienso en la caminata de vagon en vagon mientras la oruga misma está en movimiento; casi como la trayectoria de la sangre en el propio cuerpo...
Debora:
El problema de tener un tren-vino es que la barra esta en movimiento así que la elección tendrá que ser rápida...ahora bien...¿acaso las cosas no entran en movimiento cuando el vino entra en nosotros? Creo que ahora acabo de entender el comentario de shadow...
Freyja
En una estación pueden conjugarse el baile de los trenes, de sus perfectos entrecruzamientos y también el silencio, no en terminos de decibeles, sino como interrupciones en la vida de la gente.
Antona:
Bienvenido...
Bajamar:
No conozco la figura del bueno del anden, sucede que naci en una ciudad sin trenes pero sospecho que debe tratarse de una figura fantasmagorica, benigna y que no pertenece a ningun sitio por más que quisiera asentarse, un arrollado quizas...como siempre, tienes un radar.
Rain:
Bueno bienvenidos los compatriotas. Llevese las botellas que guste, total el tren se maneja solo.
Supernovadark:
Acuso recibo de su solar presencia. Tengo sus boletos, gracias por treparse a este tren y sus nuevos muebles.
Fini:
Un tren es una hilera de bicicletas con un bar de primera
Loredana:
Se hace lo que se puede con la linterna de cine, sino preguntale al buen Shadow. Gracias por tomarte tu tiempo y visitarme.
Esta olla se ha llenado y les estoy agradecido. Miren las cosas que salen de una piedra silvestre.
Saludos a todos desde Lima
El vino en un tren es una sugerente combinación.
Las letras te escuchan.
Abrazos
Los trenes son siempre cordones que unen la continuidadde nuestras vidas. Es bnito embriagarse de placer en un tren... Felicitaciones!
Hermosa tu prosa, tus imágenes y el ritmo, estupendo, un ritmo que me pide más sorbos como lo hace un buen tinto.
Gracias por tus visitas. Me gustan tus comnetarios/evocaciones. Con un buen tinto, un viaje y un tren, mejor.
Saludos
La vida misma como un cruce de caminos. El tinto que ameniza. Y el petróleo que se nos escapa de las manos...
Saludos, Pierrot
No hay petróleo bajo las vías del tren pero sí huesos de sol que tiñen de tinto las letras, esas letras con que nos trasportas al calor de otra copa.
Un placer leerte, como de costumbre.
Saludos.
es un texto muy extraño.. no sabría decir si me gusta o no, pero lo que es seguro es que me puso en una atmósfera difícil de salir. jeje.
Muchos saludos Pierrot, vendré por más sopa.
No entiendo, no entiendo. No entiendo porqué, pero necesito leer algo como si hablaras.
Muy buen blog!! Perfecto trenes!! Lugares donde se desarrollan tantas buenas novelas! Por cierto, si os gusta leer visítarnos. En nuestro blog encontrarás textos de grandes escritores, rusos, clásicos e iberoamericanos. Un saludo cordial!!
Señor Pierrot: ¿Tiene problemas en la cocina? ¿Acaso se le ha roto la olla? Por favor, prepárenos si no hay otro remedio una ensaladita o cualquier cosita para picar, aunque sean unos sencillos frutos secos, pero, sea bueno, y denos de comer. Desde el 3 de junio estamos pasando hambre.
Hola mis estimados todos
A ver, paso a paso.
Clarice:
De hecho, tambien es sugerente el tren en el vino.
Moderato:
Dicen justamente que la embriaguez es la cura a toda discontinuidad. Tambièn la musica- como sabra usted mejor que yo.
Alejandra:
Mi bodega esta a tu disposición.
Persio:
Talvez, como dice cierto tema de Pink Floyd, "hay que cavar por oro en la palma de la mano". Creo que de eso se trata todo esto.
Isa:
Las letras siempre nos ponen en ese lugar a medio camino entre el perro que pone la vida en juego ladrandole a los trenes y el altivo catador de un vino imposible.
Silvia:
Me alegra que te hayas sentido cautivada por esta atmosfera. Talvez tenga algo de esos laberintos que cultivas en tu casa piranisesca.
Vicho:
Gracias a ti por tu poesia, siempre llena de sorpresas.
Isadora:
Bueno, lo màs divertido de este espacio, es que tambièn hablo asi! Talvez me entiendas mas de lo que creas.
Nosotros somos:
Agradezco este saludo de racimo y enjambre. Visitare sus multiples blogs.
Don Gregorio:
Pues que han habido unas cuantas contramarchas en esta cocina pero las aguas vuelven a su curso. Agradezco su llamado a la lucha otra vez. Por cierto y aunque sea a destiempo...los cocineros hiperhormonados de este restaurante estan muy pendientes de sus disertaciones filosóficas.
Bueno, ahora a todos en general:
Se me presentaron algunos tiempos criticos (y valiosos) que complicaron un poco mi producciòn por aqui. Agradezco sus muestras de aprecio e interes por esta carretilla de frituras.
Saludos y exitos a todos
PD: En breve habra màs...
Pase a Saludar.
Suerte
interesante relato...desde la continuidad del pensamiento cotidiano como frente al hecho en si
es como si escribirieras solo pensando
trenes y vino
dos condimentos para viajar aislarse o counicarse...según quién es el que viaja...a la vez un espacio que trae refleciones sobre lo inmediato el antes y el después
ese saber a vino después del último vagón...tiene doble entrada en milectora...un total embriague del sucedo tren
un a muerte anunciada donde el vino es sangre al pasar el tren
los rieles tiene esas cosas de doble magia blanca o negra
saludos
mabel
Gracias Mabel
Lo de la sangre en el tinto es un punto clave en esta busqueda por aquel crepusculo que se nos escapa en la copa.
Saludos desde Lima y bienvenida
Publicar un comentario